Cómo encontrar el punto de equilibrio entre sobrevivencia de la empresa y cuidado de los trabajadores frente al Covid19

Tensión entre producción y cuidado

Espero que todos estéis bien. Estamos viviendo una situación absolutamente extraña. Y una cara de ésta es que tenemos personas cerca vulnerables y, en algún caso, nos ha tocado el duelo. Toda mi solidaridad.

Cuando el peligro tiene esta cara no hay tensión posible. Ante la posibilidad de morir la decisión es obvia: protegernos. Por lo tanto esta reflexión que comparto no puede ser trasladable a todas las situaciones.

Todo paralizado por un virus. La incertidumbre es muy grande. La mirada es a hoy y mañana

• En diferente forma, pero todos somos conscientes de las implicaciones que este congelamiento tiene en esto que llamamos economía y lo reconocemos en el cotidiano de cuanto tenemos y cuanto necesitamos.
• En relación a las medidas tomadas. Según avanza la situación se va comprendiendo mejor el comportamiento de este virus y, por tanto, las medidas van variando. Me gustaba leer esta mañana que, si queríamos escuchar siempre lo mismo, mejor optáramos por la religión. La exploración rigurosa de un fenómeno como el actual necesita de flexibilidad, investigación y aproximación de ensayo y error.

Cuando nos imaginamos la economía y la vida como dos extremos de una cuerda estamos repitiendo imágenes del estilo patrón obrero, patronal sindicatos, Leía estos días “O muere el capitalismo o muere la civilización”… Estas tensiones han sido y serán importantes. A algunos nos gusta pensar que esta situación es una oportunidad para soltar lo que nos ha hecho y hace tanto daño y abrirnos a posibilidades más colectivas y protectoras.

Estas semanas he estado acompañando a personas que sentían/sentíamos esta tensión dentro de nosotros. No se trataba de buenos y malos y amenazas de las que protegernos y contra las que luchar.

La sensación es de que, si corremos a defendernos y protegernos y desatendemos nuestro proyecto profesional, cuando podamos volver a él, igual ya no está. Y esto lo he escuchado a personas con su proyecto personal, autónomos, pequeños comercios, cooperativas industriales, pymes… En estas situaciones la tensión no desaparece.

Hay un tema importante, pero que no sería parte de este texto y que tiene que ver con la gestión de esta tensión como termómetro de implicación y compromiso. Se me hace más complejo. En algunos casos activará situaciones y actitudes desapegadas, en algunos casos el miedo se apodera de nosotros/as y es difícil entender esta huida a protegernos como falta de compromiso.

También estoy escuchando a personas sorprendidas por el nivel de respuesta y responsabilización de sus compañeros y compañeras en el teletrabajo. De pronto también puede haber una oportunidad para entrenar la confianza.

¿Cómo habitamos esta tensión? Os comparto algunas reflexiones personales al respecto:

• Protegiendo nuestra vida si somos un colectivo de riesgo.
• Sin caer en el juego de bandos cuando vemos a compañeros/as priorizando su protección. Detrás puede haber miedo.
• Dejando sorprendernos por la respuesta profesional y responsable de las personas. reforzando estas actitudes de manera personal y colectiva.
• Manteniendo nuestra actividad en lo que podamos. Incluso cuando hemos tenido que desplazar actividades o suspenderlas. Es momento para valorar si, por ejemplo, hay procesos que se pueden digitalizar.
• Estando atentos a cuantas ayudas y apoyos puedan articularse en esta situación. Cuidando de no invertir demasiada energía en estos procesos que suelen ser tediosos, burocráticos y victimizantes.
• Escuchando, documentando y compartiendo las respuestas que se están construyendo a nuestro alrededor y en nuestra propia organización. Pueden ser inspiradoras para contribuir en la construcción de organizaciones más humanas donde (tenemos otra vez la oportunidad) las personas estén en el centro.
• Estando presentes. Aquí y ahora. Aprovechando este momento para saber más de cada una de nosotras, de lo que necesitamos, de nuestras pasiones, necesidades, miedos… Centradas en nosotros y nosotras mismas para abrirnos a lo que va cogiendo forma, a lo que emerge y no podemos controlar. Es un ejercicio que nos llena de recursos.

Asier Gallastegi