Tras dos intensos días de formación práctica y experiencial sobre las Constelaciones Organizacionales, organizada por Emana y magistralmente facilitada por el experto portugués Cecilio Regojo, me quedo con la idea de que los consteladores son hacedores de clics.

No hay nada roto ni nada que arreglar en el sistema del Cliente, no se trata de darle soluciones, sino de ayudarle a hacer un clic generador de una nueva mirada sistémica que le conecte con todos sus recursos y sus propias soluciones.

No parece tan importante la representación física del sistema, la Constelación en sí misma, como la interpretación que haga el Cliente de lo que está viendo. Se propone quitar peso a la propia dramatización y enfocarse fundamentalmente en cómo lo está viviendo el protagonista, en qué está viendo, cómo se está sintiendo, qué le está diciendo su cuerpo y qué nuevas posibilidades está descubriendo.

La Constelación es una intervención puntual que ofrece al Cliente un aterrizaje rápido en su propio sistema, entendido este como un conjunto de elementos interconectados entre sí y en continua relación de cambio. Este proceso amplía su consciencia y responsabilidad, ayudándole a cambiar de observador y a ver cosas que no estaba viendo.

El facilitador genera el contexto, aprovechando el espacio físico y el movimiento para representar la relación entre las partes y el sistema. De esta forma, el Cliente se permite escuchar a su intuición (la velocidad punta de la inteligencia) y a su propio cuerpo, que acumula mucha información relevante y que está deseando ofrecer, en diferentes situaciones, lugares y momentos.

Además de su profundo conocimiento y su pasión altamente contagiosa por las Constelaciones, lo que más valoro del trabajo que desarrolló Cecilio Regojo ha sido su gran nivel de presencia para estar al servicio de todos y cada uno de nosotros durante las prácticas. Valiente para atreverse, para arriesgar y para retarnos cuando, en muchas ocasiones, ni los propios participantes, en nuestro rol de Cliente, éramos capaces de definir un Tema para constelar.

Cecilio insistió en que, aunque no haya muchas reglas en este trabajo, lo que no resulta muy adecuado es constelar con Temas que no sean responsabilidad del Cliente, aunque le afecten directamente. Cada uno de nosotros influye sobre las relaciones que conforman el sistema y necesitamos comprender que, cuando yo actúo diferente, automáticamente, mi cambio de comportamiento modifica la realidad del sistema, generando nuevos movimientos y transformaciones en el mismo.

Cecilio dedicó tanto tiempo como fue necesario a cada entrevista previa a las representaciones con cada uno de los Clientes, sin prisas, haciéndonos sentir escuchados, comprendidos y tranquilos. Nos acompañó con cariño, sin comprar la primera versión que escuchaba, hasta encontrar algo auténtico y en lo que el Cliente tuviera responsabilidad para trabajar.

Así, consiguió que cada práctica resultara muy de verdad y que cada uno de los participantes se llevara, además de una experiencia memorable como Cliente, un camino abierto hacia posibles soluciones, mayor claridad y mucha energía para comenzar su propia transformación (y la de su Sistema).

Tras estas dos emocionantes jornadas repletas de aprendizajes sorprendentes y divertidos, he descubierto que este tipo de Constelaciones son otra técnica de gran utilidad para incorporar a la caja de herramientas de aquellos facilitadores del cambio y la transformación en organizaciones y equipos, que deseen ayudar a sus Clientes a generar una nueva e inspiradora mirada sistémica de su realidad, haciendo consciente información relevante que ellos ya saben, pero que no saben que saben.