Dicen que tengo “buena oreja” y, la verdad, yo misma suelo pensar que mi capacidad de escucha es buena. Quizá por ello me dedico a una profesión que se basa fundamentalmente en la calidad de la escucha.
Cuando hace unos años oí decir por primera vez que nuestra escucha se coloca a menudo en modo “downloading” o “modo descarga”, me pareció que la idea era potente. Tanto que me ayudó a darme cuenta de que con más frecuencia de la que quisiera, tiendo a situar mi escucha en ese modo: escucho a mi interlocutor, al tiempo que mi cerebro procede a buscar entre mis archivos, hasta dar con aquel que me permita continuar la comunicación sin movimiento por mi parte ni cambio alguno en mis juicios previos, creencias, hábitos, conocimientos o emociones.
Esta distinción entre una buena escucha o una escucha “predeterminada” también es válida si analizamos los niveles de escucha de un equipo o incluso de una organización. Porque ¿cuántas veces escuchan éstos desde sus juicios, su historia, su manera de hacer o sus creencias? ¿cuántas veces son las organizaciones realmente capaces de abrir cabeza y corazón para hacer una escucha diferente?
Me encanta cómo explica Arawana Hayashi los cuatro niveles de escucha en el marco de la teoría U de Otto Scharmer (entre ellos está, precisamente, el “modo descarga”) y quiero compartir contigo este vídeo —recién subtitulado— que grabamos hace un par de años en uno de nuestros talleres con esta gran dama del coaching. Como sabes, Hayashi estará próximamente en Madrid y, entre otras cosas, trabajaremos con ella los niveles de escucha. Escúchala bien y entenderás por qué apenas nos quedan ya plazas.
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