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La gestión de conflictos y el cambio de perspectiva

por | 22/05/2024

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Qué tiene que ver esta imagen con la gestión de conflictos, te preguntarás.

Hace unos días, Matthias Varga von Kibéd nos recordó en una formación esta figura a través de la cual Wittgenstein traza un pensamiento filosófico.

¿Qué ves: pato o conejo?

  • Si miramos de derecha a izquierda percibimos PATO.
  • Si miramos de izquierda a derecha percibimos CONEJO.

Aunque inicialmente este diagrama ambiguo es aplicado específicamente a la percepción visual y no se aplica al lenguaje o simbolismo, desde mi punto de vista es una metáfora que nos permite anexar un cambio de perspectiva a la realidad, sin que esta cambie. Y hay muchos ejemplos de este tipo, como por ejemplo el cubo de Necker.

“Notar un aspecto” o, como decía Wittgenstein, “el amanecer del aspecto”, es el instante en el que surge ese aspecto que ahora permite que integremos esa nueva percepción. En el momento que anexamos el aspecto nuevo ya no podremos dejar de verlo. Si veíamos solo el pato y luego nos indican que en el otro sentido veremos un conejo, ya podremos ver hacia un lado el pato y hacia el otro el conejo. Las líneas siguen siendo las mismas, solo que en un caso lo que representa el pico del pato, en el otro representa las orejas del conejo.

Esta cualidad radica en la posibilidad de poder “anexar ese aspecto a mi percepción”; lo que hacía que la otra persona percibiera diferente la realidad y yo no podía ver, en una cierta “ceguera del aspecto”.

Lo mismo ocurre cuando una persona se parece a otra, pero no te habías dado cuenta. En el momento en que alguien lo menciona, ya no podrás dejar de ver ese parecido. Por ejemplo, Daniel Radcliffe y Elijah Wood se parecen, ¿ya lo habías visto?

O cuando alguien nos hace oler un perfume o degustar una comida, y nos hace notar cierto ingrediente, ya no podremos dejar de notarlo.

Esto es importante en la gestión de conflictos.

Notar un aspecto en una situación conflictiva

He querido compartir una versión muy resumida de este planteamiento filosófico que ha ocupado a Wittgeinstein y otros porque he visto como presentar este tema del pato-conejo en situaciones conflictivas que se encontraban estancadas, ha ayudado a sumar “algo nuevo” a las mismas. Ese aspecto que hasta ahora no se había visto porque al menos una de las partes se encontraba en la ceguera del aspecto, o incluso ambas.

Lo cierto es que en una situación conflictiva solemos salir a defender nuestra única percepción”. Poder ver “la forma de la otra persona” como la expresión de “mucho de algo” (al hablar en modo Cuadrado de Valores), permite que sumemos ese nuevo aspecto a nuestra mirada; ese “algo de la otra persona” que estaba siendo exagerado en la forma que llevó a la situación conflictiva.

El cambio de percepción no tiene que ver con el cambio del estímulo, o de la realidad, como tampoco cambian las líneas en el caso de pato-conejo al hablar del pico o las orejas. Así que una vez visto ese nuevo aspecto, ya se integra. No hay que hacer nada, el cerebro lo hace solo.

En la gestión de conflictos, esto muestra cómo el cambio de perspectiva mucha veces ayuda a generar ese puente necesario al mundo de los recursos para poder gestionar la situación, ya que ese “nuevo aspecto” que amanece, al decir de Wittgenstein, permite cruzar al mundo de la otra persona o la otra parte.

Muchas veces incluso necesitamos aprender algo para poder “notar ese nuevo aspecto”. Por ejemplo, el plano de una casa se ve como «dibujos», o incluso tal vez como un laberinto para algunas personas. Mientras que un arquitecto esta viendo esas líneas como referencias de muros, vigas, pilares y demás elementos de la casa. Así que la capacidad para notar algo nuevo puede cambiar y transformarse a través de algunas indicaciones necesarias para entender el “otro mundo”, para que se pueda dar el cambio en la percepción. Y eso es “notar un aspecto”. Y aunque no todo se trata de pato-conejo, o de una imagen ambigua, sí podemos cambiar de perspectiva para notar un aspecto que hasta ahora no veíamos, porque estábamos en la “ceguera del aspecto”.

Y esto es lo que también he aprendido del trabajo con las exageraciones a través del Cuadrado de Valores, el poder ver que detrás de la exageración hay un valor en riqueza que nos abre a una percepción nueva de la situación. Y por lo tanto hace diferente la gestión.

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