Las letras bailan, toman FORMA, tamaño, color para expresar lo que quieren decir. Este es el secreto del visual, el secreto que, personas como yo, que decíamos que no sabemos dibujar, hemos descubierto en las formaciones de Visual Thinking de Emana y Muxote Potolo Bat.
Decir «importante» nos traslada un mensaje. Pintar «¡IMPORTANTE!» nos traslada otro.
Este es el poder que poseen los enunciados que van más allá de las propias palabras. Cuando escribimos lo que escuchamos es difícil trasladar las claves del contexto que otorgan uno u otro sentido a lo dicho. Esta idea se recoge muy bien por Maturana en su frase «lo dicho siempre es dicho por alguien»; quien habla lo hace con unos valores, con una intención (consciente o no), esperando una posible acción en quienes están escuchando. Es más, no es lo mismo que alguien diga algo a que esas mismas palabras las pronuncie otra persona.
Sabemos que quien dice es un elemento importante en el mensaje que se desea lanzar para interpretarse en uno u otro sentido, pero a esto debemos añadir también que lo dicho siempre es dicho en algún lugar. ¿Cómo, entonces, recoger los matices del contexto y de la interacción que operan en la construcción de sentido de lo que se dice, de las palabras que escuchamos?
Haciendo que las letras bailen
Cuando pongo las letras a bailar les doy la forma que permite a quien las lee interpretarlas con una intención, la intención del movimiento y del lugar al que me gustaría llevar a quien las está haciendo suyas. Este sí que es un arte, el arte de captar lo que sucede mientras escuchamos.
Creo que lo que Emana nos ofrece a través de esta formación Visual conecta con esta capacidad para desarrollar una lectura que va más allá de lo dicho y de cómo dibujar la escena, conecta con aquellas claves invisibles que hacen que cada encuentro, cada reunión, cada conversación sean únicas y nos da herramientas para que así lo plasmemos a través del lenguaje visual.
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