Aunque sabemos que «una imagen vale más que mil palabras», el uso del lenguaje visual en entornos profesionales aún no está tan extendido como debería. Cuando se utiliza, suele ser de forma anecdótica y en la mayoría de los casos se recurre a profesionales externos, porque son considerados como los «expertos» en este campo.
En Emana hemos comprobado de primera mano que incorporar otros lenguajes, como el visual, espacial, corporal o metafórico, enriquece enormemente la comunicación, fomenta la innovación, amplía perspectivas y abre un sinfín de posibilidades. Y nuestra experiencia nos ha demostrado que no es necesario ser Picasso para utilizar imágenes, rotuladores o jugar con el color. Funciona, y muy bien.
Claro que tenemos la suerte de contar con Miryam Artola como compañera de viaje. Hace años, no solo nos abrió los ojos a la importancia del lenguaje visual en la comunicación con equipos y empresas, sino que nos ayudó a incorporarlo de forma sencilla y congruente con nuestra manera de trabajar.
Y cuando descubres el poder del lenguaje visual y no sólo comunicas mejor, sino que además lo disfrutas, llega un momento en que te preguntas… y yo, ¿cuándo dejé de dibujar? ¿Por qué lo abandoné?
Te invito a leer el texto que compartimos y, quién sabe, quizás también te entren ganas de reactivar tu mano creativa.
Un cálido saludo,
María Carrascal
Por qué dejamos de dibujar y qué perdemos al hacerlo
Por Miryam Artola, Consultora estratégica con Lenguaje Visual
En mis cursos siempre utilizo el giro que tan brillantemente David Peña, alias «Puño» le dio a la pregunta que le hacían “¿Cuándo empezaste a dibujar?” respondiendo con un ¿Cuándo dejasteis vosotros de dibujar?
Dibujar, una habilidad y expresión indispensable de nuestra infancia, juega un papel esencial en la manera en la que nos expresamos y entendemos el mundo. Sin embargo, con el paso del tiempo, muchos de nosotros decidimos que “no sabemos dibujar” y abandonamos este lenguaje tan importante y poderoso.
¿Y por qué dejamos de dibujar?
- Juicios y críticas: A menudo, el cambio sucede cuando recibimos (o nosotros mismos hacemos) críticas negativas sobre nuestros dibujos. En la niñez, estas críticas pueden ser devastadoras, asociando el acto de dibujar con sentimientos de vergüenza y vulnerabilidad, disuadiéndonos de continuar desarrollando este Lenguaje.
- Estándares de perfección: A medida que crecemos, nos enseñan a valorar la perfección en todas las formas de producción, incluido el dibujo. El temor a no alcanzar “ciertos estándares estéticos” puede llevarnos a renunciar a dibujar, incluso si disfrutamos el proceso.
- Cambio de prioridades educativas: En la educación, conforme avanzamos, lenguajes e inteligencias como las del dibujo, la danza o las artes plásticas se marginan a favor de materias consideradas más críticas para el éxito académico y profesional.
- Autoimagen y autoexpresión: Durante nuestra búsqueda de identidad, al percibir el dibujo como una actividad infantil o menos seria, optamos por abandonar esta forma de conectar y comunicar.
¿Qué perdemos al dejar de dibujar?
Por un lado dejamos de lado una herramienta clave de autoconocimiento y autoexpresión. El dibujo nos permite visualizar y dar forma tangible a nuestros pensamientos y emociones, facilitando un entendimiento más profundo de nosotros mismos y de nuestras interacciones con los demás. Por otro lado, el dibujo, como Lenguaje Visual, es una habilidad invaluable para estructurar el pensamiento, resolver problemas, abrir puertas a lo nuevo y contribuir a una comunicación efectiva (y afectiva). Ordenar y sintetizar ideas o procesos puede mejorar significativamente la comprensión y la colaboración entre equipos, siendo crucial en campos como la ingeniería, la pedagogía, la estrategia empresarial y la gestión de proyectos, entre otros.
Reencontrándonos con el dibujo: activa tu Lenguaje Visual
Reconectar con el dibujo no significa retomar una práctica artística. Es redescubrir un lenguaje universal que facilita la comunicación y la conexión, tanto a nivel personal como con nuestros equipos y organizaciones. Introducir nuevamente el dibujo en nuestras cotidianidad puede abrir puertas a nuevas formas de expresión y colaboración. A nuevas maneras de pensar, ver, crear y ponernos en acción.
Te invito a que reactives tu mano y dibujes, como Lenguaje, en tu vida diaria y profesional. Te animo a que experimentes de una manera ágil, profunda y divertida cómo este Lenguaje puede ayudarte a conectar con tus preguntas, intuiciones e ideas y mejorar tu manera de explicar, hacerte entender y comunicar más allá de las palabras.
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