Inicio > Blog > Coaching Sistémico > Formación, ¿para qué?

Formación, ¿para qué?

por | 27/11/2018

Emana - Espacio de formaciones para profesionales y empresas

Quizás incluso antes que la pregunta que titula esta entrada podríamos hacernos otra ¿qué significa «formación»? ¿Qué significa formarse? ¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando escuchas este concepto? Suelen surgir diferentes ideas pero, en general, es un proceso que lleva a:

  • ampliar nuestro conocimiento, a saber cosas nuevas;
  • adquirir herramientas para hacer las cosas mejor o de manera diferente;
  • generar cambios en la forma de hacer;
  • cambiar la cultura organizativa;
  • hacer que las personas se encuentren más satisfechas;
  • incrementar la productividad de las personas;
  • aumentar la rentabilidad de la empresa;

Seguro que se te ocurren algunas otras opciones, matices de éstas o incluso una integración de varias de ellas. Según el sentido que le demos a este concepto surgen diferentes respuestas a la primera pregunta ¿para qué la formación? Y cada respuesta nos sitúa ante un horizonte diferente si nos planteamos evaluar esa formación.

Cuando nos planteamos el desarrollo de una acción formativa es esencial identificar los resultados que nos gustaría obtener de ella. En ocasiones parece que la máxima que inspira las acciones formativas es “mal no hará, y si además sale algo productivo pues genial”.

Otras veces parece el “bálsamo de Fierabrás”, capaz de solucionar cualquier problema de desempeño en las personas de la organización. Si alguien está desmotivado, que vaya a un curso de motivación. Si alguien tiene problemas en controlar sus emociones que vaya a un curso de inteligencia emocional…

La formación encubre con frecuencia la incapacidad para un análisis estructurado de los motivos de esa falta de desempeño. Seguramente, en muchos casos la formación puede contribuir a abordar esa dificultad, pero su potencialidad encontrará sentido en una estrategia más amplia que tenga en cuenta los diversos factores que pueden influir en el desempeño de una persona.

Plantearse la evaluación de la formación implica reflexionar sobre estos aspectos para construir enfoques evaluativos útiles y acordes con lo que se busca. Por ello, antes que el cómo evaluar necesitamos tener muy claro qué es lo que queremos conseguir. Cuanto más genérica sea la definición de los objetivos de la formación más dificultades encontraremos para evaluar su logro.

De esto y de otros aspectos relacionados con la evaluación de la formación hablaremos en el curso que organiza Emana en Bilbao el 31 de enero de 2019, “La evaluación de la formación en la empresa”.

Relacionados

Emana es emana

Un nuevo proyecto es siempre una aventura y un misterio. Un misterio porque, al inicio, nunca imaginas qué forma va tomar esa marca. El propio

Leer más

Mañana finaliza en Bilbao el programa internacional de constelaciones organizacionales y coaching sistémico

Mañana, día 28 de junio, daremos cierre al programa internacional de constelaciones organizacionales y coaching sistémico que se ha realizado en Bilbao. Es un programa

Leer más

Finaliza en Bilbao el programa de certificación en “COACHING DE EQUIPOS”

Han pasado cuatro meses desde que comenzó en Berriz el programa de certificación en “Coaching de equipos”. Echando la vista atrás, podemos afirmar que han

Leer más

Comentarios

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *