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Quitarse de en medio para compañar en el trabajo en igualdad en las organizaciones

por | 15/12/2016

Emana - Espacio de formaciones para profesionales y empresas

Hace ya un tiempo que vengo haciendo una reflexión sobre mi lugar como facilitadora en un ámbito muy concreto, como es el acompañamiento a las organizaciones en procesos de cambio hacia la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres. Tengo la sensación de que hay una forma de hacer que, aun habiendo dado sus frutos en el pasado, parece agotada y produce más bien atascos. Y, muchas veces, reacciones en contra. Los motivos que, desde mi experiencia se me ocurren, darían para varios post que seguramente escribiré en algún momento.

El enfoque sistémico y el trabajo en igualdad en las organizaciones

Lo que quiero comentar hoy tiene que ver con la intuición de que hay algo que quiere emerger en la manera de aproximarnos a esta cuestión, que ha ido tomando forma en mí con el aprendizaje y la práctica del enfoque sistémico y la herramienta de las constelaciones organizacionales. Me apasionó esta manera de trabajar, y me interesó su capacidad para manejar la complejidad, para entender la causalidad como un proceso circular y comprender lo que ocurre desde su funcionalidad al sistema.

Y me empecé a preguntar cómo aplicar el enfoque sistémico al trabajo en igualdad en las organizaciones. Precisamente porque entiendo que la cuestión de la igualdad de mujeres y hombres alude a una realidad muy compleja, en la que se superponen distintas capas con diferentes niveles de profundidad, que nos interpela personalmente.

¿Qué supondría adoptar esta aproximación? ¿Cuáles serían los cambios en la manera de hacer, de acompañar a una organización?.

¿Cómo acompañar en el trabajo por la igualdad desde este enfoque?

Y me fijé en esta última pregunta y entendí que utilizar un enfoque sistémico requiere una actitud y un situarse, por parte de quien facilita el proceso, distinto al que con bastante frecuecia se utiliza en este ámbito.

Tiene que ver con trabajar desde el reconocer y aceptar lo que es, lo que hay, sin querer que sea otra cosa. Incluyendo todas las miradas de las personas implicadas en el sistema sin excepción, porque todas son parte y todas tienen algo con lo que contribuir. Y también con poner el foco en las dinámicas que se establecen entre unos y otras. Y comprender cómo se retroalimentan y cómo son funcionales para las partes y para el todo. Lo cual supone abandonar las categorías de «lo bueno» y de «lo malo» como enfoque de partida.

Una aproximación que implica ocupar un lugar en el que no se toma partido para poder devolver lo que se observa, trabajando con preguntas más que con respuestas. Con una actitud de respeto. En mi experiencia me he dado cuenta de que si no se respeta a los hombres no se puede trabajar con ellos. Y si no se respeta a las mujeres no se puede trabajar con ellas. Simplemente porque desde ese lugar no se puede ayudar.

Acompañar en el trabajo por la igualdad soltando la actitud de «salvadora»

Acompañar a la organización allí donde quieran ir o hasta donde quieran ir las personas responsables de su dirección, siendo consciente de que una no es la dueña del proceso, sin imponer un camino ni un resultado previo. Porque el proceso es del cliente y no mío y son las personas que participan en él las que harán lo que puedan y quieran.

Soltar una cierta actitud de “salvadora” que me coloca por encima de las demás personas, las disminuye y las aleja de su propia responsabilidad.

Esta actitud supone soltar ideologías y las propias creencias sobre cómo debe de ser el mundo, qué tiene que hacer la gente y cómo tiene que hacerlo. Y situarse en un lugar de “no saber”, de no tener respuestas. Lugar que desde mi experiencia no me resulta nada fácil, por cierto. Es un lugar que me incomoda y me asusta.

Como facilitadora lo que puedo hacer es generar más consciencia entre quienes participan en el proceso a través de la indagación. Devolver lo que percibo sin pretender que sea “la verdad”. Proponer otras perspectivas o testar hipótesis mediante preguntas, con una actitud de curiosidad, respeto y humildad. No decir lo que hay que hacer, sino generar más información para que las personas puedan tomar sus propias decisiones. Esa es su responsabilidad y no la mía.

Porque, además, mientras pienso en dar soluciones me evado del aquí y del ahora y pierdo la conexión con el proceso y con las y los participantes.

Cómo trabajar en la igualdad desde las Constelaciones Organizacionales

El mes pasado tuve la oportunidad y el privilegio de participar en el IOCTI (programa de entrenamiento internacional intensivo en Constelaciones Organizacionales) celebrado en Uruguay. De este encuentro me he llevado muchos aprendizajes y algunas conversaciones muy sugerentes. Pero me gustaría destacar dos cosas que me impactaron y que vienen a cuento del tema de este post.

Una de ellas, al plantear en un taller de entrenamiento liderado por Bibi Schreuder, la pregunta de cómo trabajar desde las constelaciones organizacionales para avanzar en este asunto de la igualdad en las organizaciones, ella me devolvió otra pregunta: ¿qué señales tendrás de que está pasando? La respuesta me surgió con seguridad, lenta y suavemente casi sin pasarla por el pensamiento: cuando se produzca un diálogo que genere algo distinto, y ese algo distinto no sé lo que es. Me quedé sorprendida.

La otra, tuve la oportunidad de volver a ver trabajar a Georg Senoner con un proyecto de coworking promovido por 11 mujeres jóvenes. Fue un buen ejemplo de cómo trabajar con formas nuevas de organización respetando lo emergente, sin imponer patrones antiguos o sus propias ideas sobre cómo debe funcionar una organización; dando fuerza y sostenibilidad a lo nuevo. A partir de una dinámica basada en preguntas y configuraciones espaciales, muy efectiva y, por cierto, muy poco dramática, las socias fueron construyendo una pregunta común en la que se concentraba todo lo que había ido surgiendo a lo largo de la sesión. Georg les acompañó para que encontraran una respuesta, que tomó la forma de mapa de roles, responsabilidades y compromisos.

Con absoluto respeto por la visión de sus clientas y en conexión con ellas, ejemplificó con gran maestría la actitud de quitarse de en medio, manteniéndose presente en lo que estaba pasando para tirar sólo de aquellos hilos que respondían a la pregunta que ellas habían planteado.

El próximo mes de febrero tendremos la oportunidad de conocer, explorar y practicar el modo de utilizar distintas herramientas sistémicas en empresas y organizaciones. De la mano de Emana comienza una nueva propuesta formativa liderada por Georg Senoner: “Management inteligente: herramientas sistémicas para empresas y organizaciones”.

Estoy absolutamente segura de que la experiencia merecerá la pena. ¿Nos vemos allí?

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Comentarios

2 Comentarios

  1. Izaskun

    Cómo me resuena Maru! Comparto al 100 tus reflexiones sobre la necesidad de revisar la pregunta final, la aproximación, el proceso, el rol de quien facilita… y comparto también que la revisión sea sobre el reconocimiento a lo que hay.

    Añadiría también alguna pregunta sobre cuánto del “tratamiento” de la igualdad es herencia de la lógica lineal del management (diagnóstico-planificación-gestión-evaluación) o sobre el espacio que queda en los procesos para todo lo que no es pensamiento racional… y más preguntas porque esto que traes es un mundo. Gracias por traerlo, abrazo!

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    • Maru Sarasola

      Gracias a ti por tu aportación Izaskun. Y, como tu dices, ese espacio que queda es muy significativo. Sigamos entrando en ese mundo. Abrazo grande y urte berri on!!

      Responder

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