El siglo XX fue clave en el progreso de amplias capas de la población mundial a través de su alfabetización horizontal. Ello permitió un modo de emancipación de tantas personas del planeta desde la transmisión oral al nuevo mundo del conocimiento escrito, intensificado desde finales de siglo con internet.

Ya bien entrados en el siglo XXI, y tras casi un año de pandemia COVID-19, múltiples voces claman por la necesidad de una nueva “alfabetización vertical”. Aquí, la clave del progreso humano no estaría tanto en “acumular” más conocimientos abordando nuevas materias y contenidos, cuanto en “actualizar nuestro sistema operativo” como seres humanos, individual y colectivamente.

«Alfabetización vertical, la necesidad de actualizar nuestro sistema operativo como seres humanos»

Aprender tiene un significado muy diferente en un entorno con predominio del pensamiento racional cartesiano, con leyes claras y evolución estable, frente al entorno actual volátil, incierto y de una complejidad dinámica impredecible. Si bien podemos acceder más fácilmente a información y conocimiento “encapsulado”, este ya no es suficiente para afrontar los retos, interconectados y complejos, que afrontamos colectivamente.

La degradación ambiental, el cambio climático, la desigualdad creciente en el reparto de la riqueza, los desplazamientos masivos de población que huye de la pobreza, conflictos y catástrofes, la COVID-19, y muchos otros eventos más, nos afectan tanto local como globalmente.

“Actualizar nuestro sistema operativo” como personas requiere mayor autocomprensión, percepción e implicación en la conciencia del conjunto del sistema social en el que operamos (organización, comunidad, red). Parece que, juntos, generamos resultados que nadie quiere, por eso necesitamos conectar el sistema consigo mismo, para aflorar patrones de relación ocultos, también internalizados en cada uno de nosotros.

Cultivar una práctica interior de escuchar y escucharnos mientras estamos implicados en la acción.

Al igual que ser miembro de un coro requiere “cantar con el oído” al mismo tiempo que con nuestra propia voz, ser persona, agente de cambio, en nuestro siglo requiere una forma de presencia más consciente del campo social en el que operamos; requiere cultivar una práctica interior de escuchar y escucharnos mientras estamos implicados en la acción.

«Ser agente de cambio en nuestro siglo requiere una práctica interior de escuchar y escucharnos mientras estamos implicados en la acción»

Este dominio personal, relacionado con nuestra sensibilidad para percibir el orden social implicado más allá de la acción externa, requiere más esfuerzo y dedicación a la práctica interior. Además, es un proceso que no acaba nunca. Un proceso que no podemos abandonar.

La alfabetización vertical es un proceso individual y colectivo a la vez, y exige liderazgos facilitadores desde niveles de consciencia más maduros, capaces de comprender e incluir a quienes operan desde etapas previas. Laloux (2014) habla de organizaciones TEAL, en camino hacia estadios evolutivos avanzados, propios de “la empresa liberada”. Scharmer (2019) ha acuñado la expresión “alfabetización vertical” para referirse a:

• la necesidad de aprender y acelerar esa evolución hacia la sociedad 4.0,
• cualificar nuestra forma de escuchar, dialogar
• y aprender desde el futuro a medida que emerge, de cocrearlo entre diferentes.

El desarrollo requiere coraje, experimentación y aprendizaje encarnado en el cuerpo.

Desde mi participación, periódica pero regular, en sus actividades formativas veo que EMANA ha sabido “leer” esa necesidad de alfabetización vertical. ¿Y cómo lo ha hecho? Creando espacios de aprendizaje que abordar nuevos contenidos y, además, cultivando ese espacio interior de desarrollo personal y profesional. Un desarrollo que requiere coraje, experimentación y aprendizaje encarnados en el cuerpo. Por eso la vuelta de Arawana Hayashi es una excelente noticia y una oportunidad para impulsar nuestro camino como agentes de cambio, para practicar una investigación-acción participativa en los sistemas sociales complejos en los que vivimos.

Trabajar con Arawana es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con una práctica interior, encarnada en el cuerpo, cada vez más necesaria para sostener nuestra acción hacia afuera. Una acción articulada colectivamente, para marcar la diferencia en tiempos que nos exigen transformación: transformación tanto interior como exterior, y no sólo cambio.

Referencias
Laloux, H. (2014). Reinventing Organizations. A Guide to Creating Organizations Inspired by the Next Stage of Human Consciousness, 5th ed. Brussels, Belgium: Nelson Parker.

Scharmer, C. (16 de April de 2019). Vertical Literacy: Reimagining the 21st-Century University. Available online:. Recuperado el 2020, de https://medium.com/presencing-institute-blog/vertical-literacy-12-principles-for-reinventing-the-21stcentury-university-39c2948192ee