Preguntar sirve para conocer al otro, sirve para saber la opinión, sirve para conocernos mejor, a nivel personal, o incluso sirve para enamorarnos, o eso dice la investigación de Arthur Aron y su cuestionario de 36 preguntas para intimar. Si no lo conoces, puedes leer el paper original o puedes ver este capítulo de Bing Bang Theory donde Penny y Sheldon lo ponen en práctica como experimento científico.
A menudo, preguntar al otro puede parecer poco oportuno porque puede llevar a la idea errónea de que no tienes claro tu propósito, tu oferta de servicio o tu propuesta de valor. En realidad, desde mi punto de vista, es todo lo contrario. Tengo claro lo que quiero hacer y cómo, pero no tiene sentido hacerlo así si no te integro, si no estamos en línea, si no nos conocemos bien entre nosotros.
Preguntar es una acción que he realizado muchas veces como consultora, a menudo en mis proyectos ayudo en el diseño de cuestionarios para clientes, clientes internos, para el comité de dirección y otros implicados. Los cuestionarios y las sesiones tipo focus-group nos permiten saber, conocer mejor su opinión y recoger expectativas sobre un departamento, sobre el catálogo de servicios, un producto u otras cuestiones.
Esta acción de preguntar parece que últimamente se ha incorporado como una actividad habitual en lo que ahora se llama “experiencia o viaje del usuario, del cliente o del empleado”, el mapa de empatía, y otras herramientas, que, honestamente, creo que valen poco si no incorporamos a las personas protagonistas.
¡Y es que preguntar es tan útil! Habilidades y valores a cuidar.
Ahora, para que preguntar sirva, de verdad, debemos asegurarnos dos habilidades:
- El arte de preguntar: No todas las preguntas valen y su formulación debe ser cuidada para ser provechosa y no tendenciosa.
- Escuchar: Hacerlo poniendo en contexto la pregunta y la respuesta, igual que cuando recibimos feedback.
Además de estas dos habilidades, también se necesitan dos o tres de valores o actitudes firmes en nuestra mentalidad:
- Hace falta valor, como dice la canción de Radio Futura, es decir, un poco de coraje.
- Necesitamos humildad, pues la pregunta se basa en la ignorancia que quiere ser sabia, y está dispuesta a recibir sin prejuicio, con curiosidad y comprensión.
- Y un agradecimiento honesto, independiente de las respuestas que obtengamos y del juicio que hagamos de ellas.
Preguntas para trabajar la empatía organizacional: en presencial o virtual
Revisando la investigación de Arthur Aron, le daba vueltas a cómo serían las preguntas oportunas para crear intimidad o cercanía entre los departamentos de una organización. Maru Sarasola me enseñó el concepto de empatía organizacional, en el Programa de Coaching de Equipos dirigido por Emana.
¿Cómo serían las preguntas que aumentan la empatía en una organización? ¿Cómo son las actividades que pueden generar un mayor conocimiento y una relación más próxima entre diferentes agentes?
Lo ideal es crear un espacio, presencial o virtual, donde los diferentes implicados puedan, por turnos, formularlas preguntas y responder tal y como vemos en el experimento que muestran en la archiconocida serie.
Preguntas propuestas para ver qué sucede en el equipo
Aquí te dejo algunas de las preguntas que me surgen a mí y que trabajaría con un equipo para aumentar la empatía. A ver qué te parecen:
- Dada la oportunidad, ¿en qué departamento de la organización os gustaría trabajar, y por qué?
- ¿Os gustaría que vuestro departamento fuese reconocido por algo en la organización? ¿Por qué?
- Sabéis que esta mañana os va a llamar el principal cliente de la organización, ¿qué creéis que vais a decir? ¿Por qué?
- ¿Cómo es un día perfecto en vuestro departamento?
- ¿Cómo y cuándo celebrasteis el último éxito en vuestro departamento? ¿Cómo creéis que celebran los éxitos los demás departamentos?
- Si pudierais escoger cómo serán los próximos 30 años en la organización, ¿preferiríais mucho prestigio o muchos beneficios?
- ¿Cuál creéis que es el mayor riesgo de la organización?
- Si pudierais cambiar algo de la organización ¿qué sería?
- Tómate 3 minutos para explicar a la otra persona un hecho relevante de tu departamento del último año con el máximo de detalles.
- Si mañana vuestro departamento tuviera más recursos, ¿qué nueva función o tarea os gustaría ofrecer a la organización?
- Si pudierais escoger una tarea o función que vuestro departamento pudiera dejar de hacer, porque consideráis que no aporta valor añadido a la organización, ¿cuál sería?
- En una palabra o breve frase, define cómo es la relación de vuestro departamento con el resto de la organización.
- Decid 3 aspectos que vuestro departamento tenga en común con el resto de los departamentos de la organización.
- ¿Qué os gustaría que os agradezcan?
- ¿Qué os gustaría agradecer a otro departamento?
Así pues, te animo a que las pruebes, a que profundices en el conocimiento del otro y del tuyo mismo. Prueba y verifica si, como decíamos al principio, preguntar sirve. Espero que estas preguntas (u otras que desees trabajar con el equipo), ayuden para conocer al otro, para saber su opinión y también para conocernos mejor, a nivel personal. Ahora que las pantallas están muy presentes en las organizaciones y en los encuentros, también podemos probar estas u otras preguntas, en esas reuniones virtuales.
Quien sabe, igual sirve para enamorarnos…
En cualquier caso, ¡cuéntanos cómo ha ido!
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