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El cierre, una fase a cuidar en el ciclo evolutivo de la empresa

por | 7/07/2020

Emana - Espacio de formaciones para profesionales y empresas

Hablar de organización es hablar de personas organizándose en torno a un propósito que les guía; hablar de organización es hablar de vida, de movimiento, de estructura, de orden. Para nosotras, Francesca y Maider, hablar de organización también es a veces hablar de muerte. Esta idea, que suena dura así expresada, hace referencia al cierre, el cierre de empresas, equipos, proyectos, sueños…

Cerrar es difícil, hacerlo sin que el sufrimiento o el silencio se apoderen del momento, un arte; en ocasiones, el mero hecho de ser conscientes de que podemos estar ante un proceso de cierre es ya un logro.

Sabemos que estamos viviendo un momento difícil porque son muchas las empresas y los proyectos que están cerrando; son muchas las personas afectadas por esta situación y también nos encontramos en este camino con ejemplos de cierre que no se cuidan. Sí, cuidar el proceso de cierre. Hacemos alusión aquí a una anécdota que compartía una de las asistentes a un taller de cierres que organizamos hace unos meses. Ella contó que un familiar cerró el negocio y se quedó en desempleo. El proceso de cierre brusco, drástico, y acorde con los modos de gestionar de hace unas cuantas décadas, lo dejó sumido en una crisis de la que tardó en recuperarse.

Al igual que se acompaña a las empresas (en las incubadoras) a nacer, se les puede acompañar a morir. ¿Qué ocurriría si trabajásemos los cierres como una fase más de ese ciclo de la vida? ¿Cómo sería poder pensar en el cierre como esa fase, con su inicio, su desarrollo y su fin, y se planificasen con mimo los detalles de lo que supone? Este es el planteamiento que nosotras sostenemos.

Evitamos pensar en el cierre como recurso de huida

Pensar en cerrar es algo que evitamos, como quien evita pensar en la herencia y el testamento cuando uno se acaba de casar. Parece que va contra natura hacerlo o que da mala suerte. Identificar qué puede ser es ya un buen punto de partida (y más con el nivel de incertidumbre que vivimos actualmente). Y este reconocimiento genera tarea porque:

  • Debemos ser conscientes de que cerramos el proyecto.
  • No podemos negar lo evidente.
  • Debemos enfrentarnos a las decisiones.

Hay que gestionar las emociones que aparecen, no podemos escudarnos en excusas para fugarnos de la dureza de un cierre. ¿Cómo podemos dar el salto y pasar de esas dinámicas que nos llevan a EVITAR el cierre a otras que nos ayudan a HABITAR el cierre?

Habita lo inevitable: una propuesta para gestionar los cierres

La vida de las organizaciones es un ciclo y, como tal, la muerte forma parte del mismo. El objetivo de la empresa debe ser la salud organizacional y, esa salud, también tiene que permear una de las fases más importantes: la de cierre. ¿Y por qué es importante? Porque un buen cierre lleva un potencial liberador que permite a las personas avanzar (no quedarse “enganchadas” a una realidad que fue, como en el ejemplo que compartíamos antes. “Terminar algo significa dejar algo conscientemente. Sin saber lo que vendrá en su lugar. Y ese es el núcleo de la transformación.” (Stam, J.J. & Hoogenboom, B. 2018).

Los elementos que consideramos nos ayudan a habitar ese lugar para activar el potencial transformador que pueda emerger en un futuro son:

  • Reconocer el momento que estamos viviendo. Ese momento no es, en sí, ni bueno ni malo, simplemente ES.
  • Agradecer que estamos aquí por todo lo que traemos, que llegamos todo lo lejos que pudimos.
  • Honrar a quienes han hecho todo lo que hoy vemos.
  • Celebrar el momento de cierre como un hito más de la organización.

Acompañar a las personas, equipos, empresas, proyectos a cerrar es un movimiento tan difícil como sanador. Expresar esa realidad, y reconocerla, permite que emerja algo nuevo.

Si quieres conocer en detalle una propuesta formativa que ahonda en la perspectiva de los cierres y ofrece ejemplos y pasos a seguir sobre cómo cuidar la fase de cierre en el ciclo evolutivo organizacional, te esperamos en octubre en el curso «El cierre: una fase a cuidar en el ciclo evolutivo organizacional».

Por Francesca Nogales y Maider Gorostidi.

Foto de Pixabay

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