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Las 4 habilidades de las personas eficientes: una inversión para toda la vida

por | 10/09/2020

Emana - Espacio de formaciones para profesionales y empresas

En este atípico 2020, que estamos viviendo, he visto todo tipo de métodos, reacciones y respuestas ante el trabajo online o a remoto y situaciones adversas, en las personas de los más de treinta proyectos que tengo abiertos, en diferentes empresas y organizaciones clientes. Veo personas que me dicen “no llego”, “no me da la vida”, y personas que me comparten satisfechas su mejoría con una gestión eficiente de su trabajo y su vida.

En los primeros meses del confinamiento me sorprendió ver que la reacción de mucha gente (al no poder salir de casa) era trabajar sin descanso como si no existiera un mañana ni más actividades a realizar si no era trabajar. Y sí, esta forma de trabajar trae resultados, pero a corto plazo. Las historias de doce horas diarias, sostenidas en el tiempo, suelen acabar mal; bastante mal. Llegamos a un momento de saturación en el que aparecen el cansancio, la ansiedad, el estrés, el síndrome del quemado… Necesitamos un tiempo de desconexión y recuperación.

Esto no va de horas trabajadas sino de trabajo eficiente.

Como decía antes, también he visto personas que han sido capaces de ser eficientes incluso en situaciones difíciles, con hijos e hijas menores en casa, o durante la época de verano … ¿Cómo lo han hecho?

Resultados de un ejercicio consciente de observación

Estos meses me he dedicado a observar lo que han hecho estas personas que han logrado satisfacción y eficiencia y he visto que tienen unas características comunes:

  1. Toman decisiones de forma consciente (responden en vez de reaccionar en estos momentos de incertidumbre y cambios constantes).
  2. Trabajan con un método, y lo que es más importante…
  3. Tienen la capacidad de adaptación de ese método a la nueva situación.
  4. Saben cambiar hábitos arraigados de forma consciente.
  5. Están desarrollando su capacidad de resiliencia ante las situaciones realmente difíciles y de adversidad.

Estos resultados me han llevado a conectar con una historia, con mi historia: en 1986 hice un curso de mecanografía. Un mes antes de entrar en la universidad, durante unas horas cada semana, aprendí a escribir a máquina sin mirar, con teclas negras, sin letras ni números en el teclado. No sólo aprendí a escribir rápido (más de doscientas pulsaciones por minuto) y sin errores; también aprendí que invertir un tiempo en aprender un método te proporciona ventajas y beneficios durante toda tu vida, aunque las circunstancias cambien.

Las circunstancias cambian y podemos adecuarnos

No estamos viviendo el fin del mundo, pero sí estamos el fin de un mundo con certezas en el que nos sentíamos poco o nada vulnerables y bastante auto-suficientes. Y en los próximos meses vamos a seguir surfeando la incertidumbre y el cambio constante… Lo único que no cambia es que todo cambia.

Tenemos la certeza de que se ha acabado un mundo de certezas.

La buena noticia es que estas habilidades, la eficiencia, toma de decisiones conscientes, la resiliencia, que es la capacidad de responder de manera flexible y adaptativa a las adversidades y al sufrimiento, pueden entrenarse y desarrollarse. La práctica de mindfulness, tal y como evidencian estudios científicos, es una buena forma de hacerlo. Todas las personas podemos ser más eficientes, resilientes si nos lo proponemos deliberadamente.

Y no estamos solos, solas en este camino. Podemos crearnos redes de apoyo que nos ayuden a afrontar los cambios que se avecinan. Podemos formar parte de un grupo con el que poder aprender, meditar, explorar, compartir la experiencia personal y profesional. Podemos contar con el acompañamiento de una entrenadora personal y profesional como en cursos que organizamos en Emana.

Incorpora un primer hábito

Si no estás siendo capaz de avanzar de manera satisfactoria en este contexto, te invito a que te centres en aquello que está en tus manos y olvides el resto. Sustituye el tiempo de quejas, lamentos, críticas, elucubraciones, por tiempo para incorporar un habito: el hábito de vivir consciente el cambio de hábitos. Te ayudará a:

  1. Priorizar y a saber decir que no de manera asertiva.
  2. Recuperar el trabajo con atención plena.
  3. Tener esa sensación de control, de no estrés, sintiéndote fluir en la vida.

Tanto si trabajas de manera presencial, en remoto o combinando ambas, dedicar un tiempo a aprender un método de eficiencia en el trabajo y desarrollar tu capacidad de resiliencia es ahora una buena inversión, una inversión para el resto de tu vida.

Imagen de Pixabay.

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