Hace tiempo que tengo ganas de compartir aquí uno de los mayores aprendizajes que he vivido en los últimos tiempos. Ocurrió hace unos meses, en el transcurso de una formación que organizamos en Madrid con Arawana Hayashi; una conocida maestra norteamericana a la que muchos conocéis.
Allí sucedió lo que sucede a menudo cuando un grupo de personas interactúan tratando temas que les interpelan: surgió el conflicto. No fue un gran conflicto, pero dado que el grupo estaba integrado por cerca de 40 profesionales procedentes de los ámbitos de la consultoría y el coaching, la universidad, empresa, organizaciones sociales…, y vista la intensidad con la que algunas personas estaban viviendo la situación, hubo un momento en el que temí que la situación se me fuera de las manos.
Como organizadora del evento, rápidamente propuse organizar los turnos de palabra para permitir que todo el mundo pudiera expresarse, a lo que Arawana Hayashi reaccionó con asertividad apuntando que no estábamos en el colegio. A continuación, propuso que cada cual interviniera cuando quisiera y que tras cada intervención hiciéramos un “Ma”.
Este vocablo de origen japonés, como la propia Arawana, hace alusión a un concepto complejo, lleno de matices, y tiene que ver con ese momento (espacio-tiempo) que se genera entre la recepción de una determinada información y nuestra reacción ante ella. Este concepto, hasta entonces demasiado abstracto para mí, se materializó entonces tomando cuerpo de manera clara.
El “Ma” nos permitió a todos extender los límites hasta los que llegaba cada información, haciendo que el conocimiento de nuestro sistema creciera y nuestra respuesta sucediera desde un lugar más profundo. Ese vacío, ese tiempo antes de la acción, de hecho, nos llevó a otro lugar: un lugar que favoreció nuestra comprensión individual en relación con los otros y no tanto ante los otros, diluyendo la necesidad de la respuesta “porque sí”.
Lo que ocurrió después fue, a mi modo de ver, increíble. El grupo se autorreguló en un tiempo récord, posibilitando que el conflicto fuera manejado desde un lugar mucho más acorde con lo que estábamos viviendo a lo largo de todo el taller y, sobre todo, generando un aprendizaje para todos los allí presentes que creo que será difícil de olvidar.
Trabajar con Arawana Hayashi es algo muy especial. Verdaderamente único. Su sola presencia transforma. Esta vez nos reuniremos con ella en Barcelona, los próximos 10 y 11 de marzo. Las plazas se llenan rápido porque su visita a Europa moviliza incluso más allá de nuestras fronteras, por eso te animo a que tanto si deseas repetir experiencia como si deseas conocerla, te inscribas al nuevo taller cuanto antes. Es, sin duda, una oportunidad que te animo a no dejar pasar.
GRACIAS POR LOS VIDEOS, DOCUMENTOS, EXPLICACIONES, COMO MUCHAS OTRAS PERSONAS, SIN DUDA, ME ENCANTARÍA ACOMPAÑAR EN SUS ACTIVIDADES, LA DISTANCIA FÍSICA LIMITA, UNA SOLUCIÓN A LA DISTANCIA …. POR FAVOR …MA