En las organizaciones, solemos movernos con rapidez.
Nos centramos en la acción, en la resolución, en lo que puede medirse. Y cuando aparece algo incómodo —como el miedo, la inseguridad o la duda— la tendencia es intentar dejarlo fuera. Taparlo con decisiones, reuniones o planes.
Pero liderar no es solo avanzar. Es también aprender a incluir lo que está, aunque no lo hayamos elegido.
Desde la mirada sistémica, comprendemos que eso que tratamos de evitar (el miedo, la incomodidad, la desconfianza…) no son obstáculos ajenos al sistema, sino señales. Expresiones de algo que necesita ser reconocido.
Y cuando un líder excluye eso que no quiere ver —en su equipo, o en sí mismo— lo que consigue, muchas veces, es que se haga más grande. Más persistente. Más difícil de transformar.
Incluir no significa resignarse, ni dejar que eso tome el control. Significa reconocer su existencia, su función, su razón de ser. Incluso cuando no la comprendemos del todo.
Yo suelo proponer un ejercicio muy sencillo —pero profundo— para empezar a caminar en esa dirección. Se trata de establecer una pequeña conversación con eso que no queremos.
Por ejemplo, el miedo.
“Hola miedo. Estás aquí. Eres grande. Me asustas. Y no te quiero. Pero también veo que estás aquí por algo. Que intentas protegerme, que cuidas de mí para que no me meta en problemas. Así que reconozco que tienes un lugar. Solo te pido que estés a mi lado, y no por delante. Que me dejes caminar, sabiendo que estás ahí para acompañarme.”
Este pequeño gesto cambia muchas cosas. Porque en lugar de luchar contra lo que sentimos, lo miramos con más amabilidad. Lo ponemos en su sitio. Y recuperamos la fuerza para seguir avanzando.
Este tipo de ejercicio es también una práctica de liderazgo. Porque nos permite sostener las tensiones con más consciencia. Acompañar a nuestros equipos con más presencia. Y tomar decisiones desde un lugar más claro, no desde la reacción.
Ojalá te sirva para fortalecer tu forma de liderar desde dentro y desde lo humano.
Anton de Kroon
Conoce más sobre el curso “Coaching sistémico“, con Anton de Kroon.
0 comentarios