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¿Estás creando líderes o seguidores?

por | 14/09/2022

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¿Qué características tienen los buenos líderes?

Hace unos meses llegó a nuestra bandeja de entrada un artículo de Julie Diamond. No era el primero que recibíamos, ni por supuesto será el último. Sí era el que conectó de lleno con cómo entendemos qué debe desplegarse lo que llamamos, el liderazgo.  

Nos impactó la claridad del mensaje: quien lidera debe centrarse en crear líderes, no personas seguidoras. Y eso supone, en muchas ocasiones, echarte a un lado para dejar que alguien pase.  

Esta idea tan sencilla de expresar es muy difícil de poner en práctica. Por eso hemos decidido traducir el contenido de este artículo y compartirlo hoy contigo.  

Esperamos que lo disfrutes y que, si estás en una posición de poder, te ayude a impulsar ese liderazgo en otras personas.   

Líderes de tercera generación

Según el programa de liderazgo del Ejército de los Estados Unidos, el trabajo de un líder no es sólo liderar, sino crear líderes que creen líderes. Lo llaman liderazgo de tercera generación.

Cuando la vida y la muerte están en juego, liderar significa capacitar a las personas para que se apropien de la situación, de modo que puedan dar un paso adelante y liderar en un momento dado.

Cómo influye el poder en las y los líderes 

Quienes son líderes llegan a serlo porque son muy buenos, buenas, en lo que hacen. Consiguen resultados y la sensación de satisfacción y recompensa que se deriva de ello. Pero, cuando se convierten en líderes, tienen que renunciar a eso. O a parte de ello.

Porque en una función de liderazgo, quien lidera deja de ser quien obtiene los resultados para pasar a ser quien permite que otras personas lo hagan. Las y los líderes tienen que conseguir que las cosas se hagan a través de terceros, y eso significa dedicar menos tiempo a hacer cosas y más a desarrollar a otras personas.

Desarrollar personas requiere destreza en el uso del poder: ser capaz de utilizar diferentes tipos de poder según lo exija la situación.  

A veces, quien lidera tiene que ceder parte del control y dar más responsabilidad a otra persona. En otras ocasiones, tiene que dar un paso adelante y utilizar su autoridad posicional para establecer expectativas claras, plazos y eliminar los obstáculos para que la gente sepa qué hacer para tener éxito.

En algunas situaciones, los y las líderes necesitan apoyarse en su experiencia para ayudar a tomar decisiones. Pero en otras ocasiones, cuando no son los expertos, necesitan dar un paso atrás y escuchar la experiencia de los demás. Saber qué poder utilizar en cada situación requiere un conocimiento avanzado del poder y de cómo utilizarlo.

En este punto, la visión y el trabajo de Elena Palma sobre cómo sostener el poder puede ayudar a clarificar algunas confusiones.

Líderes y el cuidado de la relación 

Este año en EEUU, una media mensual de 4 millones de trabajadores y trabajadoras renunciará. Lo que inicialmente se ha visto como la Gran Dimisión se está convirtiendo en la Gran Reorganización, ya que las personas están buscando mejores oportunidades de trabajo.

Mientras que la mayoría de los empleadores piensan que los y las empleadas se van por mejores oportunidades de trabajo relacionadas con el salario y un mejor equilibrio entre la vida laboral y la personal, la razón número uno que se cita es «sentirse valorado por la empresa», seguido de cerca por «sentirse valorado por su jefe».

La relación con la jefatura inmediata siempre ha sido una de las principales razones por las que las personas trabajadoras se quedan o dejan su trabajo. 

Y ahora es más importante que nunca.

La capacidad de quien dirige para entender las motivaciones de los y las trabajadoras, reconocer sus contribuciones, darles una orientación y un apoyo claros y entrenarles para que se desarrollen es absolutamente esencial en la capacidad de una organización para atraer y retener a los empleados.

El desarrollo del liderazgo que empodera

Quien lidera desde ese lugar cuida el desarrollo de las personas que están a su cargo tanto como la obtención de resultados. Para ello, dedica tiempo a entrenar y a dar feedback.

Y cuando da su opinión, se asegura de que sea útil y aplicable. Dedica tiempo a aclarar las tareas y las funciones para que las personas sepan lo que se espera de ellos, de ellas. Da a las personas la oportunidad de ampliar sus capacidades, de brillar y de tener una mayor visibilidad en toda la organización.

Sabe que cuando las personas se apropian de su trabajo y se les da mayor autonomía, no sólo se sienten más seguras para participar, sino que contribuye enormemente a su bienestar.

Esto, a su vez, hace que el trabajo tenga más sentido para esas personas, lo que a su vez impulsa el compromiso y la productividad. Es un círculo virtuoso.

Convertirse en líderes más capacitados es una tarea que dura toda la vida. Pero hay cosas muy prácticas que quien lidera, independientemente del nivel donde lo haga, puede hacer para mejorar el desarrollo de las personas.

4 prácticas de líderes empoderados

1. Líderes que se toman tiempo para las personas.
No esperan a que alguien se lo pida, sino que toman la iniciativa de reunirse con las personas de su equipo, entrenarlas, darles su opinión, escuchar sus preocupaciones y eliminar los obstáculos.

2. Líderes que definen claramente las funciones y proporcionan el contexto.
Cuando asignan una tarea, proporcionan a las personas toda la información que necesitan para que tengan una visión completa, puedan actuar y tomar las decisiones adecuadas. Se aseguran de que las funciones y las responsabilidades estén claras, para que las personas puedan trabajar juntas de forma cooperativa.

3. Líderes que hacen de la superación personal una prioridad.
Presupuestan tiempo y dinero para el desarrollo del personal y ayudan a las personas a establecer un plan para su desarrollo. Se aseguran de que el desarrollo y el crecimiento sean una parte habitual de sus conversaciones sobre el rendimiento.

4. Líderes que ayudan a las personas a aprender de los errores y fomentan la asunción de riesgos.
Animan a las personas de sus equipos a aprender nuevas habilidades, a probar nuevas ideas y a aprender de sus fracasos.

Quien lidera depende de los demás para hacer su trabajo. Dedicar tiempo y esfuerzo al desarrollo de los demás no sólo hace que los o las líderes sean más eficaces, sino que también hace que el trabajo sea más significativo para las personas que tienen cerca.

*Traducción del artículo original de Julie Diamond

*Foto de Pixabay

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